El sol estira su lengua roja
/parece un orgasmo/
¿cuántas cuerdas tendríamos si fuéramos un instrumento?
lo que decís desprende raíces las veo
a medida que soltás
las palabras
son mi espada
y la punta afilada me mira a mí.
La noche en la que manché tus sábanas con risa
y dejé besos en los espejos
todavía existe.
Ya se sabe: vos sos mi chico de roble.
Ahora llevo tu mano en un papel
con el que me abrigo los domingos.
Cada vez que te miro, despierto
y un cóndor andino se posa en mi espalda.
Lo que queda fuera de este círculo inocente es falso
son falsos los relojes y los trámites
las rupturas y los cuerpos fríos.
Esos puntitos rojos son de sangre
pero no te asustes:
mi sangre es dulce.
¿Tus células también titilan después de tocarme?
Sosteneme
quiero sacarnos una foto desde acá
creo que nunca estuvimos tan alto.
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